martes, 9 de mayo de 2023

En el desván II

 




No sé en qué punto de la partida del ajedrez nos encontramos.

Seguramente, sea en ‘tablas’.

Empate.

 

He decidido guardarlo en una cajita.

No está preparado.

No me siento lista para dejarlo ir y que corra cual animal por la pradera.

No existen las mariposas.

 

Sé que me quiero.

Eso le debería de valer.

Es su alimento, su pienso.

Después de todo, es por lo que hemos luchado tantísimas veces.

 

En la cajita estará mejor.

Acolchado, pero sin polvo.

No es un desván, sino un hogar de madera.

Quiero cuidarlo yo misma.

El amor propio es destructible.

Su alimento.

Armadura sin ácaros.

 

En ocasiones, siento su miedo.

Las preguntas se amontonan para introducir la incertidumbre.

‘¿Y si…?’

No, tranquilo. Ya llegará el momento. No corras.

 

Para que te quieran bien, sano y bonito, querido corazón,

hay que cuidarnos.

Por eso estamos en ‘tablas’.

Tú y yo.

Yo y tú.

Nosotros.

No es el momento.

Nadie es merecedor de adoptarte.

No estás preparado.

Disfruta de nuestro viaje.

jueves, 28 de julio de 2022

Sin señal


 


Para esta historia, tan solo he dedicado cuatro o cinco poemas mal contados.

Cada uno en una etapa diferente, este no iba a ser menos.

He estado luchando contra mis sentimientos, pensado que no eran posibles, cuando, en realidad, es parte del proceso, de esta etapa y del trato con el jodido diablo.

No he olvidado absolutamente nada, pero estoy aprendiendo a quedarme con lo bueno, aspecto que me sorprende, porque realmente quiero mantenerte en mi vida, aunque sea para un ‘hola y adiós’ o, al menos, eso fue lo último que hablamos.

Ni lo bueno era tan bueno, ni lo malo era tan malo, solo el equilibro perfecto es el que podía mantener eso. Necesitaba mirar todo desde otra perspectiva, alejarme por completo, porque estaba llena de rencor y no era sano.

Ahora siento la necesidad de saber de ti, de hablar con una cerveza (o vino en mi caso) y contarnos la vida en la azotea, mientras miramos la luna, pero esta vez desde otro punto de vista. Para que todo esto sea posible, necesito dejarte espacio, más del que tienes, que me odies, me olvides, que me anheles, me vuelvas a amar y pases por todos los sentimientos que tengas que pasar.

Hasta que te vuelva a escribir sin que tú lo sepas, 

hasta que queme tu nombre en las próximas hogueras de San Juan, 

hasta que pueda subir las montañas...

hasta que podamos escribir una historia completamente distinta, diferente y desde cero.

Hasta entonces, estaremos sin señal.


Que la vida te trate bonito.

 

 


miércoles, 18 de marzo de 2020

Arte


Cuando pienso en escribir sobre arte, siempre se me viene a la cabeza grandes cuadros de grandes autores. Siempre, los tríos de ases: arquitectura, pintura y escultura. Olvidándome por completo de otras manifestaciones. Entiendo que es culpa mía, porque le he dado más importancia a lo largo de estos años a lo que entiendo por ello, dentro de la asignatura, o de la carrera, Historia del Arte.
Es por esto que, a nivel intelectual, también deberíamos hablar de una desconstrucción. Romper con los pensamientos que llevamos arraigados por costumbres, tradición o imposición. Es cierto que parece más una utopía que un logro a seguir.
Entonces, ¿si yo, en primera persona, debo desconstruirme intelectualmente, no debería empezar preguntándome qué es el arte para mí y construir sobre ello? Sí. Efectivamente.
Los primeros en sentarse y reflexionar abiertamente sobre este término fueron los griegos. ¿Qué es el arte? Siempre se nos ha comentado, sobre todo cuando entras de lleno en la carrera, que  es una definición subjetiva que ni los propios historiadores, filósofos y entendidos se aclaran. ¿Por qué? Porque no es una concreta como, por ejemplo, las Matemáticas. El arte va más allá de una definición. Es algo sensorial que aborda la subjetividad por completo al ser percibido de diferentes puntos de vista. Pudiéndose ahí ser el problema. No es algo claro, es todo lo contrario.
Aún seguimos en la actualidad, intentando definirlo. Porque el ser humano lo necesita. Está en su condición humana. Una palabra clave, un conjunto de palabras, de sinfonías y melodías que le digan alto y claro lo que es.
Y es que, si consulto la definición en la RAE, me explica que el arte es: ‘Capacidadhabilidad para hacer algo.’, y si procedo a la segunda: ‘Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros’. No nos basta con estas, queremos y seguiremos intentando dar nuestra propia definición. Abarcar un concepto con el todo, que sea capaz de decir: ‘esto es el arte’. Sin embargo, aún es imposible. Por mucho que veamos, escuchemos o leamos, el arte está dentro de nosotros. Es evidente. Porque ronda en el ciclo de la subjetividad. No es algo claro. Es algo que se siente, que provoca reflexiones y, sobre todo, conciencia. Esa es la definición, indiferentemente si es bello o no.

sábado, 28 de diciembre de 2019

Guerra

Inspirado en la canción: 'Zorra' de Bad Gyal
Te aprovechas de cada una.
Necesitas aumentar el ego de tu narcisismo.
El furor de tu hombría.

El otro día viniste hacia mí.
Pero no tiene sentido.
La puerta está abierta para que te vayas.

Piensas que no nos hablaremos.
Te parece extraño que todas con las que quedes se lleven bien.
Ay, bebé, qué inocentes eres.

Te aprovechas de cada una.
Necesitas que te regalen el oído.
‘Házmelo, papi’.
‘Agárrame del cuello.’
‘¿Te gusta que te de fuerte, perra?’.

Escupes en nuestras caras la bilis de tu estómago placentero.
La erección de tu miembro cubre todas tus preocupaciones.
Piensas con lo que tienes en las piernas y no con el celebro.
Ay, bebé, qué inocentes eres.

Cada día una nueva,
cada día sin condón.
Sin precaución y con excesos.
Qué más da, si es una noche más.

Te aprovechas.
Se ha acabado.
Estás en las últimas.
El revólver cargado.
Nosotras vestidas con trajes negro sintéticos.
La matanza del Patriarcado.

Vas a chillar,
lo vamos a gozar.
Sangre correr verás.
Te vas a arrepentir.

Es nuestro turno.
Arma de guerra.
Invádete del miedo ajeno.
Nos vamos a devorar cada una de tu semejante estupidez.

No vales nada.
No estamos dispuesta a esperar a que te disculpes.
Boom.
Granada.

Todas sabemos que tienes las horas contadas.
Dile adiós a tu narcicismo.
Despídete de tus seres queridos.
La guerra ha comenzado.
Boom.



martes, 10 de diciembre de 2019

Llamas








10/12/19                                                                                19:36

Y, entonces, te invito a un buen vino tinto, mientras el fuego aún sigue sin apagarse.
Te hablo de todas las pajas mentales que tengo en mi cabeza, mis problemas con mi amiga la ansiedad y vete tú a saber qué más.
Y te pido una noche, solo una, mirándonos en la azotea, bebiendo, mientras el calor empieza a llenar la comisura de la boca.
Solo un poquito más,
cerca,
más cerca aún.

No hay tiempo, se ha parado, o, puede, que lo sintamos más lento de lo normal.
Pero hay fervor, más de lo normal.
Cerca,
más cerca aún,
un poquito más.

Vamos más allá.
Tu labio en mi labio,
tu mano recorre la fina capa que llevo por piel.
La mía, tu cabello marrón lacio.

Un poco más,
cerca estamos del verano…

Ha subido, lo notas, lo noto.
Muerde, despacito, muerde.
Susurro, saboreo, acaricio.
Agarra, jadea, verano.

Algún más que otro me encantas y miradas intensas.
Amantes o amigos, esa es la cuestión.
La lentitud ha sido desenfrenada,
hemos pisado el acelerador.
Ha subido,
cerca, más cerca, un poquito más,
lo notas, lo noto.
Muerde, susurro, saboreo, lame, agarra, gime, jadeo.

El vino esparcido por el suelo,
el frío abriga a los cuerpos desnudos.
Llueve.
Sudamos.
Ruidos.
Esencia del invierno.

Quédate esta vez.
Quiero que vengas.
Te invito a un vino tinto,
a una noche en la azotea.
Quédate esta vez.
Escucha el runrún de la ciudad ahogándose por ti, por mí.

Tu mano más allá,
mi cuerpo pidiendo que sigas, que no frenes.
Quemo.

Muerde, susurro, saboreo, agarra, gime, jadeo.
Ardemos.
Y la culpa… del vino.


lunes, 25 de noviembre de 2019

25 Noviembre







25/11/2019                                                                                        16:11

25 N
Hoy que griten las calles.
Que sus gargantas derramen lava:
por las que no están,
por las que no pueden ir,
por las que les da miedo alzar su voz.

Hoy que tiemble el mundo, que el mío gira a destiempo porque me he dado mi propia voz.
Hoy, tengo las de todas las demás en mi espalda, bajo mis hombros, en el corazón, al lado del pecho izquierdo.
Hoy seremos una.
La manada vestida de morado.
A la abuela han venido a engañar.

miércoles, 26 de junio de 2019

26/06/2019 20:17






Me he sentado en la silla del escritorio a pensar sobre ti.
Sobre ti y mí, juntos, jugando a una partida de ajedrez.
De esas que dejamos a medias porque al final el peón es el que devora a la reina y no, a su otra majestad.

Me he sentado a escribir sobre nosotros.
Tú tan viento del levante y calor de la capital que contrasta con la viva imagen de un otoño en el sur, con paisajes nevados del norte.
Y juntos formamos esos pedazitos de cristales minúsculos del vaso que te has dejado en la mesa de la cocina a la espera de que lo friegues y que, sin querer, he tirado al suelo.
Somos pedacitos de cristales, de agua y de sal.

Has salido a pasear porque dices que necesitas un tiempo para ti.
Porque el miedo de atravesar las olas en esa tabla de surf te horroriza.
Sin embargo, no percatas que es una metáfora de tu vida.
No eres ese que nada en buscas de las olas, eres el temporal que las invoca.
Tú contra tú, contra ti y el enfrentamiento de tu pasado y presente.

Y, sin embargo, he aprovechado de tu ausencia para escribirte estos versos.
Para hablar de ti, de mí y de esa partida de ajedrez a medio terminar.
Del vaso del cristal, de tus manos frías y de mi corazón cálido.
De lo fuerte que eres y de esa cabeza llena de nidos de pájaros que siempre dejan plumas, porque son de los que emigran.

Amor mío. Revolucionas con cada paso el mundo que te rodea, aunque no te des cuenta.
Tus sueños son los barcos que navegan sin rumbo fijos hacia el horizonte de tus metas.
El elixir, las tentaciones y el placer de volver a comenzar bajo las sábanas.
La inspiración de un lunes por la mañana, la bala del revólver y el líquido de la cafetera que se esparce por la placa.

Un paseo en Venecia, el oso del Madroño, un viaje a Túnez y si queda dinero en esa cuenta del banco, a la Habana.
Los pasos a los lejos de tus pies cansados, el murmuro de tu voz grave, el olor de tus cigarrillos y tu mano áspera pintando pinceladas en mi piel.

Y aquí estoy escribiendo sobre ti.
Porque no te has dado cuenta que has comenzado un incendio dentro de mí que no se puede apagar.
Que has atravesado el humo y esperas a que el corazón siga siendo de hielo.
Y aquí estoy escribiendo de ti.
Quedándome contigo a pesar de tus miedos, cuidando al niño de tu interior.
Dándote la guerra y la paz, atravesando las olas, llevándote un extintor para apaciguar el fuego y dejándote que sepas cuál es el sabor de la derrota, aunque ofreciéndote la mano amiga siempre que la precisas.

Y te has ido.
Volverás a eso de las nueve y me otorgarás un beso en la cabeza con tu rostro roto.
Sonreiré y te recordaré la bendita revolución que eres.
Y te besaré tus manos ásperas, invitándote a que conozcas el sabor amargo del Whisky.
Puede que mañana sea otro día.
Pero serás, ese hombre que consiga surfear la ola.