jueves, 28 de julio de 2022

Sin señal


 


Para esta historia, tan solo he dedicado cuatro o cinco poemas mal contados.

Cada uno en una etapa diferente, este no iba a ser menos.

He estado luchando contra mis sentimientos, pensado que no eran posibles, cuando, en realidad, es parte del proceso, de esta etapa y del trato con el jodido diablo.

No he olvidado absolutamente nada, pero estoy aprendiendo a quedarme con lo bueno, aspecto que me sorprende, porque realmente quiero mantenerte en mi vida, aunque sea para un ‘hola y adiós’ o, al menos, eso fue lo último que hablamos.

Ni lo bueno era tan bueno, ni lo malo era tan malo, solo el equilibro perfecto es el que podía mantener eso. Necesitaba mirar todo desde otra perspectiva, alejarme por completo, porque estaba llena de rencor y no era sano.

Ahora siento la necesidad de saber de ti, de hablar con una cerveza (o vino en mi caso) y contarnos la vida en la azotea, mientras miramos la luna, pero esta vez desde otro punto de vista. Para que todo esto sea posible, necesito dejarte espacio, más del que tienes, que me odies, me olvides, que me anheles, me vuelvas a amar y pases por todos los sentimientos que tengas que pasar.

Hasta que te vuelva a escribir sin que tú lo sepas, 

hasta que queme tu nombre en las próximas hogueras de San Juan, 

hasta que pueda subir las montañas...

hasta que podamos escribir una historia completamente distinta, diferente y desde cero.

Hasta entonces, estaremos sin señal.


Que la vida te trate bonito.