Soñar
con tu recuerdo,
ese
que habitaba en el olvido del lejano oeste.
Hoy
me ha saludado
para
acariciarme con el anhelo de tus palabras.
Mudas,
por cierto, cálida, inciertas.
Y
has vuelto un fin de semana,
ya
dejé de buscarte,
y
me siento libre.
Y
siento el aire puro de la mañana,
del
Alba.
Siempre vuelven es una falacia inventada.
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