Si la pudierais ver
caminar… con sus andares uniformes y gloriosos acompañados del movimiento de su
cadera. Deja mecer su cabellera morena, con pizcas de rubio, y acompaña al son
sus brazos.
Su tez es blanca, pálida,
color leche desnatada. Parece una fantasmilla, pero en realidad, está llena de
luz. Tiene una pequeña y amplia alfombra de pecas por todo el ancho de sus
mejillas. De cara a cara. Y allí, donde me pierdo cuando la abre, su sonrisa.
Ejemplar. Única. Esencial.
Me encantan sus ojos mar,
azul mar. Siento como nado en ellos y me encuentro surfeando en la playa.
Cuando llueve se moja y
yo me empapo de ella. Sus padres no saben que jugamos a mamás y mamás cuando
estamos en el piso de arriba y ellos conversan sobre su día a día. Cuando me
toca es invierno, cuando lo hago yo es primavera.
Está llena de
inestabilidad. Es la tempestad sin calma. La tormenta que arrasa frente a la costa
de Carolina del Norte y se lleva a miles de fallecidos inocentes.
Le vuelve loca bailar
cuando suena su emisora de radio favorita o esa canción que le hace transportarse
hasta la pista de hielo… ¡Le encanta patinar! ¿Sabéis? Ella es una gran
patinadora, es mi número uno. Hemos patinado de la mano juntas y donde la gente
piensa que hay amistad se equivocan por el simple hecho de que no ven lo que
hay más allá.
Pero a veces tengo miedo…
Hemos tenido que huir de muchos lugares públicos porque nos abucheaban. Nos
llamaban monstruos, células cancerígenas. Incluso nos han pegado o amenazado.
(Pero claro, yo me las ingeniaba para mentiros porque vosotros no os dabais
cuenta y con un ‘es de la edad’ lo arreglabais todo).
¿Realmente queréis esto
para vuestra hija? Si de verdad me amáis, ¿por qué no podéis ver lo mismo que
veo yo cuando me uno con ella en cuerpo y alma? ¿Cuándo la veo sonreír? ¿Cuándo
la fotografío porque es mi mejor modelo, entre otras cosas?
Mamá y papá me he
enamorado de una chica, no de los príncipes de los cuentos de hadas que me
contabais de pequeña para dormir. (Aquello me daba pena, porque pensaba que
jamás una mujer podía valerse y defenderse por sí misma. Y no es así. Es una
guerrera fuerte e invencible).
Papá y mamá me he
enamorado y espero que lo comprendáis y me aceptéis como si mi corazón quisiera
a un hombre.
Ella se llama Invierno,
ese es el nombre que le he puesto. Es fría y le encanta el azul y la nieve. Es
la presidenta de mi república.
Atentamente:
Lilith.
PD: estaré en mi cuarto a
la espera de que apacigüéis mis nervios y me deis un beso de buenas noches.
Gracias a Sanaa Molina por dejadme usar su repertorio.
Magnífico.
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