Has cerrado muchas puertas,
has abierto ventanas
quedándonos a solas.
Te llevaste lo mejor de mí.
Me encuentro desamparada
en la mitad de la calle
sin saber qué hacer.
Me has arrebatado el corazón,
adiós a la escarcha del invierno;
Pasado de ti.
Ya no lo cuidabas, lo habías olvidado.
Otra vez esa pregunta se formula
mi subconsciente:
¿Qué debo hacer?
Me has cerrado puertas
has dejado en el cajón
los recuerdos de estos años
[Perdidos.
Has abierto ventanas.
Pero yo no puedo entrar,
son demasiadas pequeñas.
Has pulido con veranos
hasta dejarlo en pedazos
[Mi corazón.
Has olvidado que el otoño
es mi estación preferida.
¿Qué debo hacer?
No te extraño,
pero aún así te sigo escribiendo.
Malditos versos
de sabor amargo.
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