que nos quedemos
absueltos de kilómetros,
que nuestra meta sea el
termómetro en elevadas temperaturas.
Nadie huye de los sueños.
Nadie duerme sin
cumplirlos.
Quiero que nos quedemos
hasta las tantas de la noche conversando sobre nuestras cosas sin sentido de la
vida,
que te repita que ‘x’
cosa se me da mal,
que me preguntes de qué
hablaremos después.
Recuerda que nadie huye
de los sueños.
Quiero tocar el tacto de
tu piel,
llevarme el invierno de
tu lugar entre mis manos y trasladarlo al mío.
Mostrarte el arte
musulmán y que decidas quedarte sin miedo.
Todos mantenemos
secretos.
Por el día nos morderemos
los labios con pasión por el Parque de María Luisa;
al caer el Lorenzo, nos
hospedaremos entre pecho y pecho y nos declararemos la guerra entre las
sábanas.
Puedes desear ese día,
puedes pensar que los
sueños no se cumplen.
Que el Veleta es
inalcanzable.
Quiero saborear en
primera persona al Invierno.
Que tú te lleves un
bocado del sol de Andalucía.
Tocar tu piel sarcástica,
que beses mis labios salados
por la playa de la Malagueta.
Y no saber si subes o bajas
de esa escalera.