No es la dama de hierro porque este sobrenombre está muy utilizado y rescatado. Tampoco es la señora de la nieve. Ella no es fría, se hace la dura. Me encanta que se quite la máscara y sea un gran hombro donde se pueda apoyar.
Si la conoces puede llegar a ser tu segundo hogar, adentrarse en ella no es temor ninguno.
Sé que es la hora de volar, de abandonar el nido y dejar todo atrás. Por ello, aunque puede que no lo sepas, has calado muy hondo en este corazón. Gracias por ser tierna ,cuando has tenido que serlo, y corregirme cuando me he equivocado. Has sido un segundo hogar, un espejo donde poder verme reflejada en un futuro. Estaré eternamente agradecida por estos dos años.
Y recuerda que hay casa que son hogares y corazones que también lo son. Y , por cuestiones de la vida, los cuidas.
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