(Tú y tu arte que queda tan bien en mis argumentos).
16 de enero de 2017. Acabo de reflexionar sobre mi vida, sobre mi futuro, debido a que me he quedado estancada. No sé qué es lo que quiero. No encuentro la motivación exacta para recuperar el curso de mis estudios y esto, se puedo comprobar en mis calificaciones.
Pensemos. En España la
tasa de abandono está situado con un 11%, recogido en el año pasado. Bien,
reflexionemos. Esos jóvenes tal vez no quieran estudiar más por x razones, a
pesar que la edad obligatoria para permanecer en el centro son los 16 años,
tiempo ‘’suficiente’’ con el que debemos sacarnos la ESO. ¿Se les motiva a estos para que sigan
cursando sus estudios?
En cuarto de la ESO ya
,las pequeñas cabezas pensantes de un futuro no muy lejano, deben de elegir qué
opción es la más adecuada para proseguir: Humanidades y Salud (Científico). Yo
escogí salud en 4º para luego más tarde decantarme por las letras. No, no sabía
qué hacer con mi vida y ni hacia donde encaminarla.
Cierto es que unos críos
de quince años no saben lo que quieren al 100% en sus vidas. Sí saben algo,
ideas aún no fijas a las que se agarran como un clavo ardiente. Nuestros mismos
padres nos aconsejan: ''Queremos el porvenir tuyo, escoge la mejor opción'' –en
este caso, los sujetos se quedan con la misma dudas-. ‘’Deberías decantarte por
lo que mejor se te da’’ –El ser ve un poco más claro una salida-.
Yo no sabía cuál era la
profesión que quería ejercer hasta que mi profesor de Historia de ese mismo
curso me motivó.
Avanzo un poco contra todo
pronóstico. Curso 2016-2017. Una generación, La Generación del 99. Una
generación que ha sido y quién sabrá si seguirá siendo el conejillo de indias,
de los superiores. Por superiores me refiero a quienes, eso dicen, elaboran
leyes para el porvenir de los jóvenes españoles.
El primero de los cambios
ha sido la normativa de la LOMCE. La reválida nos ha tenido en vela hasta el
último momento. Finales de noviembre y aún no se había firmado un acuerdo.
Obviamente estos señores no están metidos en las aulas donde puedan comprobar
los 366 días del año cómo es el sistema en el que trabajan para mejorarlo.
Tanto el profesorado como el alumnado hemos estado sometidos a una gran duda de
la cual no se nos aclaraba.
Principios de diciembre: nos comentan que el alumnado deberá realizar la Selectividad, pero, atentos,
aún es un borrador. No hay nada claro. Lo único y, por si así decirlo, la
antigua prueba que se había derogado: PAU (Prueba de Acceso a la Universidad).
Quedan cuatro meses para
acabar el curso y presentarnos a la PAU, aún estamos siendo conejos de indias.
¿Cuál es el porvenir que quiere nuestro sistema? ¿Uno en el que el alumnado se
someta a estrés, junto al profesorado?
Antes he comentado que el
alumno de 15 años que no sabía cómo encaminar su vida y que con tan solo esa
edad debe escoger. Bien, saquemos de la caja de sorpresas al alumno de 2º de
Bachiller. El peor curso de todos. En lo que viene siendo nueve meses los
miembros del centro educativo (profesorado y alumnado) deben trabajar a contra
reloj para dar todos los temarios; ya que deben estar aprendidos para la
Selectividad. Si no se puede hacer otras actividades, no importa, ya que
debemos terminarlos.
Una vez que los meses van
avanzando como huracanes, el alumno debe tener al 99% una idea CLARA de lo que
quiere. OJO: adolescentes de diecisiete o dieciochos, con una madurez
adquirida, pero tal vez, no la suficiente debido a que muchos de nosotros
tenemos pajarillos , golondrinas como las de A.Bécquer, que vuelan y van.
En resumen: una edad
temprana a la que debemos estar si o si maduros y responsables como para saber
qué es lo que queremos. ¿Sé yo acaso lo que quiero? No, lo tenía muy claro
hasta que he dado con ciertas asignaturas nuevas y no tan nuevas en este año.
He perdido mi motivación para estudiar y tengo un gran lío. Que si esta ciudad,
que si la otra… Sólo me quedan cuatro meses y por lo máximo en el segundo mes,
como idea, debo saber mi porvenir.
Tenemos miedos,
inseguridades. ¿Qué sucede si esa carrera no es la elegida? Porque esto sucede…
¿Se conoce el porcentaje de universitarios que aún no saben si han escogido lo
mejor para sí?
Si Nelson Mandela afirmó:
<< La educación es el arma más
poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.>>
Se debería de trabajar
tanto como para poderla gozar de algún modo. Los alumnos no saben lo que
quieren con quince o dieciochos al 99% (Hay quienes afirman que sí lo están).
Deberían hacer un cursillo, o incluso que se les otorguen información
suficiente de todos los ámbitos. Incluso si así tuvieran 20 años y siguieran en
Bachiller. Porque esto puede que sea un arreglo, aunque puede también que lo
empeore.
Medidas eficientes para
que él o ella sepa qué desea. Basta de fracasos de abandonos y de conejos de
indias y de generaciones sumidas en el miedo o la indecisión. Mejoremos el
sistema educativo, que sea uno por el cual favorezca tanto al profesorado como
al alumnado.
Nos van a seguir
modificando a sus antojos. Debemos luchar, reivindicarnos y que se nos oigan.
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